domingo, julio 02, 2006

La banalidad del mal



Tito acariciando un guepardo: ejemplo de macho alfa no alineado

Peter York
Dictator Style: Lifestyles of the world's most colorful despots
Chronicle Books, 2005. 120 páginas
Prólogo de Douglas Coupland
ISBN-10: 0-8118-5314-4

El trabajo de dictador está francamente sobrevalorado. Visto desde fuera, uno cree que la posesión del Poder Absoluto supone una vida de lujo, opulencia y despreocupación. Pero al parecer esto no es así. Pocos de ellos pueden alcanzar ese Nirvana del déspota (Franco fue uno de ellos). Cuando no son sus enemigos, que desean ser califa en lugar del califa, la paranoia (Stalin), la ambición desmedida (Hitler) o el ansia de robar cada vez más (Marcos) les lleva a una vida azarosa, llena de trabajo y preocupaciones.

Pero, sea cual sea el dictador, existe un elemento de su vida que gobierna absolutamente, y con el que puede mostrar su verdadera personalidad: la decoración de su(s) casa(s). Y la combinación de poder absoluto, escaso nivel cultural y ausencia de crítica constructiva puede llevar a resultados pavorosos. Dictator Style es una aproximación a la figura del tirano y del Mal a través de la decoración de interiores. La obra nos muestra cómo vivían los déspotas siguientes:


  1. Porfirio Díaz

  2. Lenin

  3. Stalin

  4. Mussolini

  5. Hitler

  6. Josip Broz Tito

  7. Franco

  8. Perón

  9. Ceaucescu

  10. Joseph-Désiré Mobutu

  11. Ferdinand e Imelda Marcos

  12. Idi Amin Dada

  13. Jean-Bédel Bokassa

  14. Saddam Hussein

  15. Manuel Noriega

  16. Slobondan Milosevic



Para cada tirano, se suministra una breve biografía, junto con fotografías ilustrativas del estilo de vida del tirano en diversos momentos de su vida (por ejemplo: Bokassa proclamado emperador versus Bokassa en el exilio).

No todos los tiranos están a la altura deseada: en este sentido, Franco, Lenin y Stalin suponen una gran desilusión. Los más divertidos (con el debido respeto a sus víctimas) son sin duda Tito, Sadam Hussein, el matrimonio Marcos, los africanos y en un sentido más siniestro, los Ceaucescu.

El esfuerzo de documentación del autor ha sido, en algunos casos, notable. Pero al parecer ha sido imposible acceder a documentación gráfica de gran valor, como los archivos de la revista Hola. En otros casos basta con buscar en Internet (más arriba hay algunos links). Pero la lista es, por alguna razón, incompleta. Desde aquí me permito sugerir algunos déspotas más:


  1. La familia real de Arabia Saudí (por ejemplo, el palacio de Marbella)

  2. Mao Tse Tung

  3. El Sha de Irán y familia en el exilio

  4. El sultán de Omán (el rey de la grifería de oro)

  5. Kim-Il Sung, y su hijo Kim-Jong Il, propietarios de Corea del Norte

  6. Franjo Tudjman, liberador de Croacia y partidario de la crítica constructiva

  7. Y mi déspota favorito en activo: el Turkmenbashi, lider religioso y amo absoluto de todos los turkmenos