domingo, mayo 21, 2006

Pragmatismo y política

Richard Rorty
Pragmatismo y política
Edición, introducción y traducción de Rafael del Águila
Paidós / Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona
Col. Pensamiento contemporáneo, 55. 124 páginas.
ISBN 84-493-0560-8

En este libro Rafael del Águila reúne y traduce cinco artículos en los que el filósofo de Stanford Richard Rorty expone sus posiciones políticas:

  1. Rorty, R. 1992. Trotsky and the wild orchids. Common Knowledge, 1(3):140-153.

  2. — 1992. The intellectuals at the end of socialism. The Yale Review, 90(122):1-6.

  3. — 1995. Movements and campaigns. Dissent, (invierno):55-60.

  4. — 1992. A pragmatist view of rationality and cultural difference. Philosophy East and West, 42(4):581-596.

  5. — 1997. Justice as a larger loyalty. En Bonketoe, R.; Stepaniants, M. (eds.). Justice and democracy: Cross-cultural perspectives. University of Hawaii Press.


Rorty escribe con claridad y sin tecnicismos, pero el contenido de su pensamiento es difícil de resumir y sintetizar sin hastiar al lector. La propuesta política de Rorty es una aproximación pragmatista a las ideas liberales (en el sentido USA del término). Para Rorty, las ideas liberales (extensión a todos de los derechos humanos, la separación de la Iglesia y el Estado, etc.) no son preferibles por ser objetivamente ciertas, sino porque son preferibles (no sólo para los ciudadanos USA, sino para el resto del mundo). Así por ejemplo, es preferible separar Iglesia y Estado pues entonces la sociedad es más activa y próspera que en el caso contrario.

El programa ideológico de Rorty resulta muy atractivo (al menos, no me veo con fuerzas para refutarlo), pero su aplicación resulta problemática, especialmente en los aspectos prácticos (cosa extraña en un pragmatista, por cierto). Para Rorty, el elemento de acción política es la campaña (intentar mejoras incrementales y concretas de la situación existente), frente al movimiento (acción decidida de imponer una idea que se cree cierta, intentando cambiar la naturaleza humana si es necesario). Al carecer de fanáticos y de movimientos organizados, la imposición de las ideas pragmatistas resulta problemática en la práctica.