miércoles, enero 11, 2006

Literatura, por fín


Carlos Ruiz Zafón
La Sombra del Viento
Planeta
ISBN: 8804527331
438 páginas


Estimados lectores,

Esta crítica en particular, tanto por los méritos de su autor como por la importancia de la obra reseñada, merece sin duda un comentario editorial. M.O., que aquí firma como lo sapevo, es un italiano que vive y trabaja en Cataluña, y que muestra sus sentimientos y observaciones hacia esta tierra de acogida (que se lo digan a Walter Benjamin) con sus cartas abiertas a un genérico "estimado catalán". La última carta, no peor que las anteriores, pueden encontrarla aquí. Imaginen la alegría de este su editor cuando M.O. le dijo que iba a publicar una crítica en forma de estimado catalán. También es importante la obra, nada menos que La Sombra del Viento, de Carlos Ruiz Zafón. Una obra que, a juzgar por la sobrecubierta que llevaba su última edición, ha cambiado la vida de mucha gente, hechizados por su alto valor literario. Ya barruntaba yo que algo fallaba cuando empecé a leerla, pero M.O. ha sido mas paciente que yo, ha llegado hasta el final, y nos puede ofrecer hoy esta crítica en La Joie de Lire, su blog literario.

Pero basta de cháchara inútil. Les dejo ya en compañía de M.O. y su crítica de La Sombra del Viento...




Estimado catalán,

Hoy te escribo porque acabo de leer un libro, escrito por un compatriota tuyo, cuya acción se desarrolla en la más hermosa de las ciudades de tu tierra.

El libro se ha hecho muy famoso y es verdaderamente entretenido: el periódico "El País" lo ha definido el fenómeno editorial de los últimos dos años, se han vendido un millón de copias en Europa y describe una "Barcelona misteriosa y espectral".

Después de haberlo leído no puedo más que confirmar todo lo bueno que se cuenta acerca de este libro: en él hay ideas maravillosas innovadoras y geniales!

Por ejemplo encuentro sublime la idea de escribir un libro que cuenta del amor para los libros, de libros perdidos, libros quemados y bibliotecas secretas: seguro que Ray Bradbury a la hora de escribir su Fahrenheit 451 le ha echado mas de un vistazo a la copia de La Sombra del Viento que tenía en su mesa, por no hablar de "El Nombre de la Rosa" de Umberto Eco que a escondidas calca esta obra maestra catalana.

Sin ir más lejos encuentro genial lo de montar una historia en que las vicisitudes del protagonista se parecen asombrosamente a lo que el protagonista va descubriendo a medida que avanza en la lectura del libro o, en nuestro caso, a lo que descubre gracias al libro, que se revela ser el verdadero protagonista de la historia.

La genialidad de esta estrategia ya es manifiesta puesto que hasta un premio Nobel, Gabriel Gracia Márquez, la ha utilizado en su obra cumbre: Cien años de soledad.

Leyendo la Sombra del viento aparece en toda claridad que García Márquez ama sinceramente ese libro puesto que ha llegado a utilizar otra idea tomada en préstamo de la sombra del viento: uno de los innumerables Buendia intenta sacar fotos de dios haciendo fotos sobre expuestas de la nada, mientras en la admirable obra catalana hace filmar los interiores de una casa con técnicas extrañas para capturar las imágenes de los fantasmas que se dice se hospedan en esa casa.

Encuentro una vergüenza tener que relevar aquí que hasta el premio Nobel está en las manos de los españolistas que le niegan el premio Nobel a un catalán y se lo dan a un colombiano, seguramente cocainómano, que se limita a copiar lo que ha escrito un catalán.

En fin no puedo no mencionar el hecho que hasta el cine se ha inspirado en esta obra inmortal:
el deseo desesperado de un pobre viejo en un manicomio: "Quiero una mujer" debe haber conmocionado tanto a Federico Fellini hasta a obligarle a utilizarlo en su película "Amarcord".

Pero, estimado catalán, no tengo solo alabanzas porque también he encontrado cosas que no me han gustado: por ejemplo cuando Daniel, el protagonista, aparece en mal estado por haber sido pegado otro personaje le pregunta si procede de la Comisaría de via Layetana, mientras en otro momento se lamenta el poco respeto por quién habla un idioma diferente y en fin un personaje proclama la manifiesta estupidez de los militares.

Todo esto no me ha gustado estimado catalán:
¿Qué pasa que en Barcelona no hay, no había, maridos celosos? ¿Solo la comisaría de via Layetana tiene, tenía, el monopolio de dejar mal a la gente?

Y que pasa ¿que no se respetaban a franceses o ingleses por hablar un idioma diferente? Vamos, que sabemos de qué idioma habla tu compatriota...

Y sobre todo: aunque yo crea firmemente que los militares tienen dotes más evidentes que la brillantez mental no creo que venga a cuenta decirlo abiertamente en una novela que va de libros.

No creo que se tenga que convertir la literatura en panfleto.
Un poco me ha sorprendido notar lo poco que los habitantes de Barcelona han evolucionado en 70 años: los personajes del libro son tan amantes del misterio que llegan a buscarlo donde no existe y crearlo si es necesario y constantemente se quejan de que hay algún complot en contra de ellos - singular y colectivamente.

Pero definitivamente el libro está muy bien escrito, si dejamos de lado que:
En la página 317 (mi edición es la italiana) "la lluvia se lleva las lágrimas" del protagonista y en la página 408 la nieve "borró sus lágrimas"; duele ver dos veces en sólo 91 páginas la misma imagen de poeta juvenil y diletante.

También parece muy bien documentado si no consideramos que se afirma que en 1918 un médico fuese capaz de diagnosticar un embarazo seis días después del acto sexual, sensibilidad a la que hoy todavía no llegan los predictors más modernos.

De todas formas el libro es muy bonito y el suspense siempre está vivo gracias a la estrategia del autor de introducir mogollón de personajes algunos de los cuales no vuelven a aparecer, no se acaban con lo cual cuando aparece algún personaje nunca sabes si debes fijarte en él o no.

Para concluir, he notado una rara costumbre de los escritores catalanes, en sus libros siempre cuentan prolijamente qué comen los personajes: lo hacía Manuel Vázquez Montalbán, lo hace Carlos Ruíz Zafon y lo hace M.P. que cuenta de sublimes bocadillos, lasañas y entrecôtes.

Carlos Ruiz Zafon, en cambio, en la Sombra del viento nos detalla de qué son todos los bocadillos que se come Fermín y todos los caramelos Sugus que se come - un promedio de uno cada diez páginas.

Atentamente

PD Gracias a la empresa productora de los caramelos Sugus por haber patrocinado esta obra inmortal.

1 Comments:

Blogger Feingeschliffen said...

Yo no he cometido la imprudencia de leerlo, pero alguien que, a estas alturas, se atreve a escribir "la lluvia borró sus lágrimas" no es un buen escritor. Decía el autor en una entrevista que hay que leer, lo que sea, porque el hecho de leer es bueno en sí mismo. No estoy de acuerdo.

11:23 a. m.  

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