martes, diciembre 27, 2005

La Guerra Civil



Antony Beevor
La guerra civil española
Crítica
ISBN 84-8432-665-3
902 páginas

En esta obra, Beevor expone los antecedentes, los hechos y los resultados finales de la Guerra Civil española con la amenidad que hizo que se convirtieran en bestsellers obras suyas anteriores, especialmente Stalingrado. A lo largo de las 682 páginas se intenta hacer comprensible lo que sucedió en España entre 1936 y 1939, en la medida que lo permite la confusión reinante en la época, así como la crueldad, oportunismo e incompetencia de los protagonistas. La obra también tiene interés para los lectores con conocimientos sobre la Guerra Civil, pues además de narrar globalmente el conflicto, aporta nueva información, procedente fundamentalmente de los archivos soviéticos y del diario de Wolfram von Richthofen, jefe de la Legión Condor. Al final del libro hay 220 páginas de notas, bibliografía, cartografía, cronología y un útil índice alfabético y onomástico. Hay también seis pliegos de fotografías, muchas de ellas poco conocidas (por cierto, sólo dos proceden del famoso Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca).

Lo que más suele agradar de los libros de Beevor es la descripción de las batallas y el mezclar macrohistoria y microhistoria, recurriendo muchas veces a narraciones de los protagonistas. Pero la enseñanza más importante que cabe extraer de sus obras es que las guerras (al menos en aquella época) no se ganaban únicamente en el campo de batalla (donde cabía esperar ejemplos de incompetencia y heroísmo por parte de los dos bandos), sino que se perdían en la intendencia, a cargo de la dirección política, y en la dirección militar. Y desde el punto de vista de la intendencia, uno de los factores decisivos es papel de las potencias extranjeras. Es bien conocido el apoyo decidido de Alemania e Italia al bando nacional y del de la Unión Soviética al republicano, pero no tanto los apoyos de los nacionales en Inglaterra, Francia y Estados Unidos, que contribuyeron de forma decisiva al triunfo nacional. En cualquier caso, el cuadro que se pinta de los dos bandos no es demasiado halagueño: fuera cual fuera el resultado del conflicto, España estaba condenada a caer en un régimen totalitario y a un retraso social que todavía dura hoy. Esperemos que no vuelva a suceder.