Historia y Libertad
László Földényi
Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar
Galaxia Gutemberg, Satélites Ensayo, 2006. 51 páginas.
ISBN 84-8109-579-6
Traducción de Adán Kovacsics Meszaros
Título original: Dosztojevszkij Szibériában Hegelt Olvassa, és sírva fakad (!)
Reconozcamos que el título es muy bueno. Imaginemos al pobre Dostoyevski, desterrado en Semipalatinsk (Siberia), muerto de frío y leyendo lo siguiente pasaje de Hegel a la luz de una vela de sebo: "Primero, hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal".
A partir de esta imagen, Földényi muestra cómo la obra de Hegel divide el mundo entre lugares en los que se puede "crear una forma propia en la historia universal" y en los que no. Y esta categorización selló, entre otros factores, el destino que esperaba a los segundos a manos de los primeros, en el siglo siguiente. Y también muestra cómo la racionalidad hegeliana, encarnada en el método dialéctico, no es más que otra construcción mítica con la que el hombre occidental busca protegerse de lo infinito, esto es, de la libertad. Pues un hombre es libre en la medida en que sea capaz de "experimentar lo ilimitado dentro de su existencia limitada" (p. 20). El resultado sería la sociedad occidental actual, que se ha quitado a Dios de encima, (no a la religión, por supuesto, que permanece como instrumento de control social) y que cree firmemente que no hay problema que pueda ser resuelto, si se pone el empeño suficiente en ello. Un título más, por tanto, a añadir a la ingente bibliografía sobre la decadencia de Occidente...
Dostoyevski lee a Hegel en Siberia y rompe a llorar
Galaxia Gutemberg, Satélites Ensayo, 2006. 51 páginas.
ISBN 84-8109-579-6
Traducción de Adán Kovacsics Meszaros
Título original: Dosztojevszkij Szibériában Hegelt Olvassa, és sírva fakad (!)
Reconozcamos que el título es muy bueno. Imaginemos al pobre Dostoyevski, desterrado en Semipalatinsk (Siberia), muerto de frío y leyendo lo siguiente pasaje de Hegel a la luz de una vela de sebo: "Primero, hemos de dejar de lado la vertiente norte, Siberia. Se halla fuera del ámbito de nuestro estudio. Las características del país no le permiten ser un escenario para la cultura histórica ni crear una forma propia en la historia universal".
A partir de esta imagen, Földényi muestra cómo la obra de Hegel divide el mundo entre lugares en los que se puede "crear una forma propia en la historia universal" y en los que no. Y esta categorización selló, entre otros factores, el destino que esperaba a los segundos a manos de los primeros, en el siglo siguiente. Y también muestra cómo la racionalidad hegeliana, encarnada en el método dialéctico, no es más que otra construcción mítica con la que el hombre occidental busca protegerse de lo infinito, esto es, de la libertad. Pues un hombre es libre en la medida en que sea capaz de "experimentar lo ilimitado dentro de su existencia limitada" (p. 20). El resultado sería la sociedad occidental actual, que se ha quitado a Dios de encima, (no a la religión, por supuesto, que permanece como instrumento de control social) y que cree firmemente que no hay problema que pueda ser resuelto, si se pone el empeño suficiente en ello. Un título más, por tanto, a añadir a la ingente bibliografía sobre la decadencia de Occidente...
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